Sep 26, 2006

Esta Boca Mía...

La boca es uno de los órganos humanos más difíciles de controlar. Con ella podemos fracasar y con ella podemos triunfar. Con ella podemos edificar y con ella podemos derrumbar. Con ella podemos levantar y con ella podemos derribar.
La lengua es, según la Biblia, algo que hay que aprender a domar y a dominar.“El que no peca en palabras es un hombre perfecto de verdad, pues es capaz de dominar toda su persona. Poniendo un freno en la boca del caballo podemos dominarlo, y sometemos así todo su cuerpo. Lo mismo ocurre con los barcos; con un pequeño timón, el piloto los maneja como quiere, por grandes que sean, aún bajo fuertes vientos. Así también la lengua es algo pequeño, pero puede mucho; vean como una llama devora los bosques. La lengua es un fuego, y es un mundo de maldad; rige nuestro organismo y mancha a toda la persona: el fuego del infierno se mete en ella y lo transmite a toda nuestra vida.
Animales salvajes y pájaros y reptiles y animales marinos de toda clase han sido y de hecho son dominados por la raza humana. Pero nadie ha sido capaz de dominar la lengua. Es un azote que no se puede detener, un derrame de veneno mortal. Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen bendición y maldición.
Hermanos, esto puede ser así. ¿Es que puede brotar de la misma fuente agua dulce y agua amarga? La higuera no puede producir aceitunas ni la vid higos, y lo salobre no dará agua dulce.”, (Santiago 3, 2-12) No se por qué se nos hace tan difícil entender que somos amos de lo que callamos y esclavos de lo que decimos. Nuestra boca ha sido en la mayoría de los casos, el instrumento que el enemigo ha utilizado para hacernos mas daño a nosotros mismos. Es el instrumento a través del cual, terminamos más avergonzados.
Nuestra boca es quizás la responsable de nuestras soledades mas profundas, pues a causa de ella, se han apartado de nuestro lado las personas que mas hemos amado. Muchas veces, somos nosotros mismos los que declaramos nuestro futuro con lo que decimos. Muchos nos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo declarando fracaso, declarando destrucción, declarando muerte, declarando quiebras económicas, declarando separación…y al final se cumple lo que profetizamos.
Es más fácil ser profeta de lo negativo que de lo positivo. Lo que decimos se cumple según la sabiduría popular. Cuando tenemos montañas grandes en medio de nuestro camino, desperdiciamos mas tiempo hablando acerca de ellas, que hablándoles a ellas. No invierta tanto tiempo hablando de sus montañas, y dedique más tiempo a hablarle a esas montañas, en el Nombre de Jesucristo, y ellas se moverán de su camino.
Decida en este momento comenzar a cambiar su manera de hablar y su vida mejorará drásticamente. Comience a hablar hoy con otro tipo de palabras a su pareja, a sus hijos, a sus empleados, a sus amigos, a sus enemigos, y yo le garantizo que su relación con ellos empezará a mejorar inmediatamente.
Muchas veces yo mismo tengo que detenerme en el trato con mis hijos, con mi esposa y con mis seres queridos, a pedirles perdón, porque es más frecuente en mi boca, la larga lista de quejas y de sermones, que la lista de palabras de aliento, de gratitud y de confianza hacia lo que ellos hacen, y hacia lo que ellos significan para mí. Acéptelo, son más las palabras de quejas y de reproches hacia ellos y hacia las personas que trabajan con nosotros, que las palabras de aliento y gratitud.
En nuestra cultura latina y machista, es más fácil castigar que premiar, es más fácil maldecir que bendecir. Cuando usted cambia su manera de hablar, cambia su manera de tratar a los demás. Herbert Prochonow dijo; “Llega un momento en el que debemos escoger firmemente el curso que vamos a seguir, o el implacable curso de los acontecimientos tomará la decisión por nosotros”.
Si logramos dominar nuestra boca, nuestras emociones tendrán que someterse a nuestra voluntad.
Dios les bendiga,
Saulo Hidalgo
Predicador Católico

1 comment:

Aidita said...

Amen!!!! muy cierto lo que dice este post...muy cierto...muchas veces no imaginamos lo mucho que podemos hacer sentir mal a otras personas con lo que decimos. Por eso tenemos que pedirle al Señor que nos ayude a dominar nuestra boca porque realmente nosotros solos simplemente no podemos.

Dios te bendiga manita y te conserve feliz como siempre...en el nombre de Jesus!