Sep 26, 2006

Comience a Soñar...

He estado hablando acerca de la importancia de tener sueños en nuestro corazón y de desarrollar la fuerza necesaria para luchar por ellos, a pesar de las condiciones desfavorables en la que podamos encontrarnos. Mi meta es que usted como esposa(o), como padre, como madre, como estudiante, como empresario(a), como profesional, como empleado(a), como hijo(a)… pueda tener razones para vivir, creyendo que el mañana que tendrá, puede ser mucho mejor que el ayer que tuvo o el hoy que está teniendo. Todas las cosas pueden cambiar para bien, si usted se abandona confiadamente en las manos de Jesús. Si hoy su vida no es todo lo que usted espera, quiero animarle a que se dé la oportunidad de que sus sueños le ayuden a conquistar un mañana mejor. Que nadie ni nada que haya ocurrido en el pasado le robe la capacidad de soñar. Que sus limitaciones físicas, emocionales, sociales o laborales no le impidan soñar. Los sueños no tienen edad. Tampoco dependen de las condiciones favorables. Ralph W. Emerson dijo: “Lo que está atrás de nosotros y lo que está delante de nosotros, son cosas insignificantes comparadas con lo que está adentro de nosotros”.Si analizamos un poco la historia de hombres y mujeres que dejaron huellas, veremos que éstos estaban siempre impulsados por un sueño grande. Ese sueño era lo que los empujaba a luchar contra todas las dificultades. Tal es el caso de Demóstenes, el más grande orador del mundo antiguo: ¡Era Tartamudo! La primera vez que trató de dar un discurso, la risa de las personas lo obligó a salir de la tribuna. El caso de Napoleón Bonaparte quien estaba bastante lejos de ser genio en estrategias militares, (ocupaba el cuadragésimo sexto lugar en su grupo de la Academia Militar, compuesto por sesenta y cinco alumnos). O los fundadores de la cadena de restaurantes Mc´Donalds, dos hermanos cuyos primeros intentos de éxitos y fracasos, los obtuvieron en la industria del cine. Fracasaron una y otra vez en el cine, pero luego triunfaron en los restaurantes (más de 10,000) en todo el mundo, después de que ellos vendieron sus acciones por varios millones de dólares. La Biblia declara: “Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena” (Proverbios 30, 18) Tener un sueño es lo que permitirá que usted rompa sus propios límites para ser lo que puede ser. Es por eso que hay que tener nuestros propios sueños y no vivir sólo por los sueños de los demás, aunque siempre debemos apoyar y colaborar con ellos. Demasiada gente, debido a las dificultades en la familia, en el matrimonio o en el ambiente laboral, no logra darse la oportunidad de tener sueños propios. Muchos no logran pensar en su propio destino porque sólo viven dependiendo de los pensamientos y de las decisiones de las demás personas. Por favor, colabore en todo lo que pueda para ayudar a la gente que está a su alrededor a desarrollar sus sueños, pero dése también usted la oportunidad de soñar y de luchar por sus sueños.


Espero que usted también tenga sus propios sueños y viva por ellos. Si no es así, que bueno que me está acompañando en este artículo, porque Dios está permitiendo que usted vuelva a soñar y a esperar cosas grandes y maravillosas para su vida. Le animo a que lo haga ahora.Cierre sus ojos y sueñe con eso que le gustaría llegar a ser y tener y coloque ese sueño en las manos providenciales de Jesús. Luego hagamos las estrategias necesarias y los esfuerzos para alcanzarlos. Dios está de su parte para que usted sea un realizador de sueños. Todo depende de sus expectativas, de lo que usted crea que pueda obtener en la vida. Soñar en grande es señal y manifestación de tener fe en un Dios grande. Dios siempre quiere bendecirnos. El es un Dios que no se deja ganar en generosidad. Siempre le digo a las personas cuando predico: «Dígame el tamaño de su sueño y yo le diré el tamaño de su Dios». Estoy convencido de que todos tenemos el mismo cielo, pero que no todos tenemos el mismo horizonte. Del tamaño del milagro que usted espera, es el tamaño del Dios en el que usted cree. A mayor reto, mayor fe; a mayor necesidad, mayor confianza. Mientras más grande sea su sueño o necesidad, mayor deberá ser la confianza y la paz que usted desarrolle en su corazón. Es lo más importante para alcanzar los sueños. El ministerio del profeta Eliseo, en el Antiguo Testamento, nos ofrece una visión clara de lo que es tener una expectativa alta. Cuando Elías iba a ser arrebatado al cielo, antes de irse, dijo a Eliseo algo como esto: « ¡Pídeme lo que te gustaría recibir!» Y Eliseo contestó algo como esto: « Dame una doble porción de tu espíritu. Quiero tener el doble de tu poder, quiero tener el doble de tu bendición, quiero tener el doble de tu favor. Quiero ver dos veces más milagros de los que viste tú». Lo interesante es que el maestro de Eliseo no le reprendió por pedirle esto, sino que lo desafió a que si podía ver cuando fuese arrebatado, su petición le sería concedida. Es como si le dijera: «Si lo puedes ver, entonces lo podrás tener».Lo que usted espera lograr es exactamente igual. Si usted no es capaz de verlo en su corazón y en su mente, nunca lo podrá ver hecho realidad. A esto es a lo que llamamos Fe. La pregunta que le haría en este momento es la siguiente: ¿Y usted, cuándo se ve a sí mismo en el futuro, hacia delante, qué es lo que ve? ¿Sería capaz de verse en victoria, en paz, en el favor de Dios, en abundancia y en alegría? “En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14, 12-13) Sueñe y sueñe en grande en el nombre de Jesús.

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