Que sensación tan extraña la que se siente cuando dos corazones se ven por primera vez, sin deparar en la naturalidad de lo efímero y lo general... Que difícil resulta ese primer paso, cuando aun temes lanzar una mirada, un gesto, pues no sabes si aun miran a tu corazón como esa primera vez...Pero te detienes y miras dentro de ti, allí hayas las fuerzas necesarias para asegurarte de que puedes atreverte a ser aun mas especial por lo palpable, real y verdadera que eres, sin necesidad de sumas y restas, ahí estas delante de ti misma, dándote cuenta de lo mucho que tienes para dar, tanto que no sabes por donde empezar, y piensas, Wao!!!, cuanto tiempo perdido en el inútil pensamiento de lo inesperado, de lo bajo de la vida, y no de lo celeste y alto reino al que perteneces, de donde vienes con la fuerza que es tu motor de vida.
Ese motor que te hace realmente mágica, especialmente espontánea, únicamente particular, específicamente divertida y hermosamente bella, diferenciándote de lo obvio, y llevándote a lo espectacular, a lo mucho y no lo menos, a la abundancia mas que a la pobreza de lo lógico, y cuando vienes a darte cuenta eres simplemente lo máximo....
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