Hoy necesitaba hacer algo que me aquietara la sed a “España”, “Mi Madrid” esa marca imborrable que llevo en mí ser que me acompañará siempre. Y tome un taxi negro con amarillo, diferente de los “blancos” de allí y respire ese aire fresco de otoño con abrigo en manos (por si acaso). Y volví a sentir esa mágica sensación de lo vivido, un sol mexicano, pero madrileño a la vez, pues aun siendo el viento frió, se siente lo calentito del sol que te peina el alma si le dejas.
Y para rematar me fui al “Vip’s” mas cercano, esta vez el de la Ave. Juárez y no el de. Pero vine, con un menú bien distinto al que siempre acostumbraba a tener en mis manos, pero si bien cambia su fondo, permanece la misma forma. Esta vez me traen un pan, no como el español, pero al final pan. Y en realidad solo faltas tu (Gi) y el “Zezeo” que ni por error escuchas aquí, para que aunque lejos de Madrid y de mi país, aquí en México pudiese ser una vez mas una de las muchas tardes de otoño en un “Vip’s” en Madrid.
Un México donde te encuentras con el musical “Hoy no me puedo levantar”; los 40 principales; un frió viento, pero candente sol; autobuses de largas y cortas distancias como el “Alsa” o el “29”. Calles y avenidas parecidas a “Príncipe de Vergara” o la “Diagonal” en Barcelona (claro que con el toque mexicano). Donde se mantiene la costumbre de poner pan a la mesa y comer a las 3:00 o 4:00 de la tarde. Donde para esta fecha vez a las personas vestidas con ligeros abrigos (chamarras como aquí les llaman).
Donde el fútbol se lleva en la sangre y te encuentras con 1000 “Vip’s” o “Tío Pepe’s”. Con muchos cosmopolitas lugares para salir y donde ves en cada esquina un “Kiosco” de revistas. Tierra con una mezcla cultural y arquitectónica entre moderna y colonial que enamoran a cualquiera.
A dos días y contando, este es el México que conocí frente al Madrid que por 1 ano conozco, con la total similitud en el cielo que los cubre y un toro que se visualiza en el horizonte.
Y para rematar me fui al “Vip’s” mas cercano, esta vez el de la Ave. Juárez y no el de. Pero vine, con un menú bien distinto al que siempre acostumbraba a tener en mis manos, pero si bien cambia su fondo, permanece la misma forma. Esta vez me traen un pan, no como el español, pero al final pan. Y en realidad solo faltas tu (Gi) y el “Zezeo” que ni por error escuchas aquí, para que aunque lejos de Madrid y de mi país, aquí en México pudiese ser una vez mas una de las muchas tardes de otoño en un “Vip’s” en Madrid.
Un México donde te encuentras con el musical “Hoy no me puedo levantar”; los 40 principales; un frió viento, pero candente sol; autobuses de largas y cortas distancias como el “Alsa” o el “29”. Calles y avenidas parecidas a “Príncipe de Vergara” o la “Diagonal” en Barcelona (claro que con el toque mexicano). Donde se mantiene la costumbre de poner pan a la mesa y comer a las 3:00 o 4:00 de la tarde. Donde para esta fecha vez a las personas vestidas con ligeros abrigos (chamarras como aquí les llaman).
Donde el fútbol se lleva en la sangre y te encuentras con 1000 “Vip’s” o “Tío Pepe’s”. Con muchos cosmopolitas lugares para salir y donde ves en cada esquina un “Kiosco” de revistas. Tierra con una mezcla cultural y arquitectónica entre moderna y colonial que enamoran a cualquiera.
A dos días y contando, este es el México que conocí frente al Madrid que por 1 ano conozco, con la total similitud en el cielo que los cubre y un toro que se visualiza en el horizonte.
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